14 mayo 2009

Un año de la partida de Alberto Crisafi

Justicieros recuerdan a un ser humano excepcional

Sencillez, calidad humana, capacidad de escuchar a todos cómo un padre paciente y tolerante, dueño de una calma que generaba confianza y seguridad entre sus amigos y compañeros, convencido practicante de la honradez, la mística y la solidaridad, hombre de entrega y compromiso eran las principales virtudes que todos recordamos de la extraordinaria personalidad de Alberto Crisafi, primero luchador social de su comunidad y posteriormente uno de los fundadores de la organización política Primero Justicia en el estado Miranda.
Parece que fue ayer, -nos decimos todos al recordarlo- Alberto Crisafi dejó de existir aquel fatídico miércoles de hace hoy un año, cuando unos sujetos lo abordaron para despojarlo de su vehículo; al no lograr su objetivo sin ninguna contemplación le propinaron tres disparos que causaron su lamentable deceso. Testigos escucharon las detonaciones y la aceleración brusca del carro, que sin control impactó contra una casa del sector dónde residía. Allí acudimos incrédulos, llenos de rabia y dolor muchos de sus amigos. Injusto final para quien pregonaba la paz, la no violencia, y exaltaba el respeto hacia el prójimo cómo filosofía de vida

Alberto nos dejó a todos un legado; como amigo, cómo conductor político, como orientador, cómo hombre recto de sólidos principios, su ejemplo de lucha se convierte hoy en el mejor testimonio para quienes creemos en una Venezuela más justa, para todos por igual.

El compromiso y la entrega desprendida de Crisafi es sin duda el mejor decálogo para definir y practicar la mejor forma de ser justiciero; una forma de ser humano, una manera de ser compañero. Por ello no olvidamos el profundo dolor que reinó aquel 15 de Mayo en la capilla número 2 del Cementerio del Este; allí nos dimos cita familiares, amigos, compañeros de la tolda aurinegra, militantes de todas las tendencias, para la despedida de Alberto. Un rio humano acompañó su sepelio, dentro de el, muchas lagrimas, tristeza y sentimientos encontrados en lo que fue el mejor testimonio de lo que Crisafi había sembrado en toda su vida; amistad y solidaridad

Particularmente conocimos mucho a Alberto, por su amplitud para formar equipo nos invitó a acompañarle en su labor de conductor de Miranda luego de culminar nuestra gestión como Concejal del Municipio Plaza en el año 2004. Compartimos con él cuatro años de intenso trabajo como su adjunto en la estructura partidista, tiempo que nos permitió ser su amigo y compañero de lucha en su empeño diario de construir una organización política, que tarde o temprano soñábamos se convirtiera en la alternativa que reivindicara los sueños y los anhelos de la gente. del estado Miranda.

Alberto no pudo ver coronado el ascenso de “su muchacho” Carlos Ocariz como alcalde del Municipio Sucre, así cómo tampoco pudo cómo deseaba, presidir el Consejo Legislativo del estado Miranda para como decía, “ayudar a la gestión de Henrique Capriles”. Cuanto le hubiese gustado ir a la toma de posesión del “Flaco Ovidio”, muchachos talentosos de esa camada que siempre impulsó como a su familia.

Seguro estoy que de estar Alberto entre nosotros este reto sería mucho mas llevadero; gobernar Miranda, Sucre, Los Salias, ante la adversidad de confrontar con el empeño totalitario de un Presidente que pretende aniquilar a sus contrarios, que quiere asfixiar gestiones que sabe resultaran exitosas y que poco a poco con resultados y sin exclusiones le abrirán los ojos a la gente y les hará entender que es posible otra Venezuela, la Venezuela de la Justicia. Hoy, a un año de su partida, se que desde el cielo Alberto nos mira y dice, sigan adelante familia.

Richard Guevara
Diputado al Consejo Legislativo del Estado Miranda
Miembro de la Junta de Dirección Nacional de Primero Justicia

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