Quizá el tema más relevante de America Latina es el relacionado a los derechos humanos para todos por igual. En Venezuela tenemos durísimas críticas de cómo se irrespetan nuestros derechos humanos con respecto a la vida, la conciencia, la expresión, el empleo digno o la vivienda; pero necesitamos unas instituciones que hagan valer estos derechos humanos.
Pero la región tiene que superar una contradicción inexplicable: Venezuela ha firmado prácticamente todos los acuerdos internacionales de los derechos humanos y sin embargo, no los hace cumplir para los venezolanos.
Por el contrario, países como Estados Unidos y Canadá, no han firmado los tratados más relevantes para los derechos humanos, y sin embargo, se preocupa por hacerlos valer para sus ciudadanos.
Para poder desarrollar los derechos humanos con efectividad en toda América, se necesita que todos los países se comprometan con hacerlos valer para todos los pueblos, sin hipocresías.
Pero para lograr esta meta tan básica, es necesario construir una justicia fuerte, accesible a los más pobres, eficiente y oportuna, así como autónoma e independiente de la política. Si no logramos esto, el resultado para Venezuela es la impunidad. La impunidad es el factor decisivo para que tú no tengas derechos. En Venezuela no hay justicia y por lo tanto hay impunidad. Cada quien hace lo que le da la gana. En los países más peligrosos del mundo hay menos personas presas en proporción a donde existen altos índices de seguridad.
De la misma manera, en promedio, la mitad de las personas presas en América Latina están pudriéndose a la espera de una sentencia para ver si es culpable o inocente.
Igualmente, unido a la justicia, es necesario lograr el progreso popular para que cada uno de los venezolanos tenga oportunidad de crecer, superarse y escoger la vida que desea para sí y para su familia. Pero para lograrlo, hay que democratizar los derechos humanos económicos de nuestros pueblos.
Yo creo más bien en una Venezuela donde todos los venezolanos con igualdad de oportunidades puedan ser dueños de Cantv, Electricidad de Caracas, Pdvsa, Banco de Venezuela o Industrial y también, por qué no, una empresa privada como Polar. Necesitamos un gobierno que democratice la propiedad, no que concentre la propiedad. Luchar por los derechos humanos es luchar por la dignidad tuya, mía, de nosotros.
Julio Andrés Borges
Opinión / El Universal.
Copyright ©2009 primero justicia
Todos los Derechos Reservados
Pero la región tiene que superar una contradicción inexplicable: Venezuela ha firmado prácticamente todos los acuerdos internacionales de los derechos humanos y sin embargo, no los hace cumplir para los venezolanos.
Por el contrario, países como Estados Unidos y Canadá, no han firmado los tratados más relevantes para los derechos humanos, y sin embargo, se preocupa por hacerlos valer para sus ciudadanos.
Para poder desarrollar los derechos humanos con efectividad en toda América, se necesita que todos los países se comprometan con hacerlos valer para todos los pueblos, sin hipocresías.
Pero para lograr esta meta tan básica, es necesario construir una justicia fuerte, accesible a los más pobres, eficiente y oportuna, así como autónoma e independiente de la política. Si no logramos esto, el resultado para Venezuela es la impunidad. La impunidad es el factor decisivo para que tú no tengas derechos. En Venezuela no hay justicia y por lo tanto hay impunidad. Cada quien hace lo que le da la gana. En los países más peligrosos del mundo hay menos personas presas en proporción a donde existen altos índices de seguridad.
De la misma manera, en promedio, la mitad de las personas presas en América Latina están pudriéndose a la espera de una sentencia para ver si es culpable o inocente.
Igualmente, unido a la justicia, es necesario lograr el progreso popular para que cada uno de los venezolanos tenga oportunidad de crecer, superarse y escoger la vida que desea para sí y para su familia. Pero para lograrlo, hay que democratizar los derechos humanos económicos de nuestros pueblos.
Yo creo más bien en una Venezuela donde todos los venezolanos con igualdad de oportunidades puedan ser dueños de Cantv, Electricidad de Caracas, Pdvsa, Banco de Venezuela o Industrial y también, por qué no, una empresa privada como Polar. Necesitamos un gobierno que democratice la propiedad, no que concentre la propiedad. Luchar por los derechos humanos es luchar por la dignidad tuya, mía, de nosotros.
Julio Andrés Borges
Opinión / El Universal.
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