Cada vez importamos más lo que comemos los venezolanos”, así lo aseguró el coordinador Primero Justicia, Julio Borges, quien manifestó que la caída de los precios del petróleo y la crisis económica pueden agudizar “drásticamente” los índices de importación en el 2009.
El coordinador de la tolda amarilla informó que el Plan Global de compras de Alimentos emprendido por el gobierno nacional para coadyuvar la crisis alimentaria del país a través de la corporación CASA, ha generado un aumento en las compras internacionales de 740 mil toneladas en 2007 y más de 1 millón cien mil toneladas en el 2008, lo que representa un incremento de casi 45%.
“Del total de las casi 1 millón ochenta y cinco mil toneladas que se compraron en el 2008, el 58% fueron importadas, siendo muy claro como el gobierno prefiere comprar alimentos en el exterior, lo que genera empleo y riquezas a otros países, en lugar de poner primero a Venezuela”, aseguró Borges.
A través de la información oficial reflejada en la Memoria y Cuenta del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, el dirigente de Primero Justicia demostró el incremento en los índices de importación que ha sufrido la canasta alimentaria. En el aceite, por ejemplo, las compras nacionales disminuyeron en un 32%, mientras las importaciones presentaron un incremento del 70%; del total de leche comprado en el 2008, el 70% fue traído de otros países. Las caraotas, principal ingrediente para el pabellón criollo, sufrió un incremento en las importaciones del 90%; la pasta se ubicó en un 33%; la mortadela se importó en un 85% y el pollo en 94%.
“El caso de la carne es emblemático: en el 2007 no se compró carne de otros países, pero en el 2008 el 60% de la carne fue importado. El 100% de las lentejas que comemos los venezolanos son traídos de otros países. Y eso lo esta haciendo un gobierno que habla de la seguridad alimentaría y supuestamente nacionalista”, señaló.
Agregó que en el caso del programa de alimentación PDVAL no se conoce las cifras oficiales que demuestren “el dinero gastado en la compra de alimentos de otros paises”.
El dirigente Julio Borges fue enfático al responsabilizar la crisis de alimentos que sufre Venezuela debido a las “malas políticas de estimulación” al sector privado, a las agroindustrias y, especialmente, a las campesinos y a los productores nacionales. “Sólo con la colaboración del sector privado es posible enfrentar el deterioro de la producción nacional y del abastecimientos de los alimentos básicos. Para eso se requiere reglas claras para que se puedan producir los alimentos en nuestro país”.
Finalizó que Primero Justicia insta al presidente a establecer líneas de diálogo con los productores nacionales a fin de buscar soluciones coherentes, que incentiven la producción, generen empleos y conviertan a Venezuela “en esa potencia que todos soñamos”.
“La propuesta es poner primero a Venezuela y a los venezolanos (…), que el presidente cambie el camino por donde va, porque sino será el único responsable de la crisis alimentaria. El pueblo no merece sacrificar su alimentación por políticas erradas y su obsesión por ser dueño de todo”.
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