29 agosto 2007
Luis Eduardo Manzano: Lo que no se dice...
Venezuela se ha caracterizado por ser un país en el que existe un amplio debate político en los últimos años y la causa principal es el gobierno de Hugo Chávez. Querido por unos y aborrecido por otros, él ha logrado conquistar la mayoría de votantes en los procesos electorales en los que han competido tanto él como sus propuestas, muy a pesar de los errores cometidos en su gestión.
Ante eso, viene la pregunta obvia: ¿Cómo a pesar de tanta pobreza, inseguridad y e ineficiencia de sus Alcaldes, Gobernadores y demás funcionarios electos, logra tener popularidad en las clases populares? La respuesta es simple: Chávez le habla a las mayorías de sus problemas, aun cuando no hace mucho esfuerzo en solucionarlos, pero aun así, esto le sirve para darle la sensación al pueblo de que es acompañado.
A eso se suma una enorme cantidad de dinero del estado inyectado en programas sociales politizados que hacen culto a su persona, lo que le facilita las cosas, pero aun así -evitando caer en discusiones de posibles fraudes o "guisos"- hay que ver con lupa el mensaje que su gobierno envía a los más pobres.
Esa ha sido precisamente la falla de la oposición: el no tener claridad de ideas. En este pote entramos todos los no chavistas, incluso los medios de comunicación, quienes han girado el debate nacional sólo en torno a política, política y más política, dejando en segundo plano los problemas de la gente.
Por más grave que parezca y en realidad sí que lo es, un maletín con 800 mil dólares retenido en Buenos Aires no es más importante que la tragedia que viven las 500 familias del Barrio San Isidro de Petare, quienes tienen que abandonar sus casas por los desastres de las lluvias.
En ese orden de ideas, tampoco una marcha de antorchas es más relevante que los hijos que pierden las madres a manos del hampa todos los días. Es necesario que como sociedad comencemos a debatir en torno a nuestros problemas más simples para desde abajo, ir hacia arriba y construir una nueva mayoría.
Ser oposición no es sólo denunciar y criticar; más que eso, es proponer y servirle a la gente. En la medida que nos involucremos en los asuntos comunitarios, fomentaremos la unidad en este país. No podemos seguirle alimentando el ego a los "divos" que hablan mal del gobierno todos los días en la televisión, pero que jamás visitan las comunidades y no conocen la realidad de los más desposeídos.
Venezuela es mucho más que las urbanizaciones de Caracas y los vecinos de la clase media tienen que entenderlo. Hay muchos de ellos que están muy claros con la situación y comprenden que la lucha es de todos, pero otros piensan que viendo noticieros o sólo marchando se construye un cambio.
Cito textualmente a Julio Borges -líder de Primero Justicia- en un correo electrónico que me envió recientemente: "Si no logramos aterrizar nuestro mensaje en la cotidianidad, estamos perdidos. Esto no puede ser una guerra de abogados, sino de quien traduce mejor el alma de los venezolanos."
Concentremos esfuerzos en sembrar esperanza y hacer propuestas que beneficien al colectivo. Si lo logramos, el mensaje del gobierno nacional sólo quedará ante los más pobres como pura palabrería y dádivas. Además, así le daremos paso a un país donde exista progreso para todos e impere la Justicia.
Publicado en www.noticierodigital.com
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